El amor nos ampara
y nos deleita el ama,
nos hace ver más claro
y nos vuelve a la calma.
Con brillantez infinita,
se desprende del cielo
y en su gracia bendita,
nos colma de consuelo.
Los dos ya somos uno,
una alma y un cantar,
olvidados a un mundo,
donde el lema es amar.
Cubriéndonos con besos,
tú rendida a mis caricias
y yo al dulce de frambueso,
que en tus labios son delicias.
No urgimos de palabras,
pues nos basta el mutismo,
para que se nos abran,
torrentes de erotismo.
Ramon Carela.
Florida USA